sábado, 30 de agosto de 2008

Un Nino perdido en París


A las que esperan...




***



Hay un lugar con elefantes por las calles y gente pintada con maquillaje en blanco (no por el frío), para que la cara exprese 'nada' y dejar hablar al corazón.


París es el lugar de la gentileza y los Ninos abundando por las calles.
Que ¿quiénes son los Ninos? ¡Monsieur! ¡eso no se pregunta!


Los Ninos son esa especie rara que abunda en ciertas regiones del mundo, son hombres sonrientes, con un corazón danzante, que no tienen problemas para abrigar a una habitante más en su vida.


Tipos tan especiales (y espaciales) abrazan a las mujeres solas para curarles la soledad. Con los Ninos del mundo pasa algo muy curioso: según una vieja leyenda, después de recibir el beso de un Nino el mundo se pinta en blanco y negro y sólo las cosas con un corazón brillante adquieren color; así pues, dado el poder de los Ninos sobre los ojos algunos les llaman "santos" o "mártires" de la "retina ajena".


No se piense jamás que los Ninos son utilizados. Ellos aman y viven en la alegría (la mejor), la de las pequeñas cosas. Uno nunca conoce su apellido y -es lo que menos importa- prefieren hablar en silencio para hacer más sensible a su compañera del placer de haberle encontrado, vaya... ¡Que los Ninos son el tesoro mejor escondido de nuestra generación!; sino debe verse alrededor para encontrarse con un mundo de solteronas al que constituimos por ausencia de ejemplares de esta especie.


Es una desgracia que sólo se hallen en París (dicen que nacieron allí debido a una cigüeña equivocada que a veces pensaba que era cisne) y no en estas depresivas orillas del mundo.

En París uno encuentra burbujas rojas en el aire que alumbran por la noche y que son juguetonas durante el día, no es raro que las personas se detengan a media calle a escuchar como la vida y los objetos aplauden a un mismo ritmo; París es una canción continua que suena apenas cuando los latidos del corazón deciden frenarse.


Yo iré a París un día y encontraré a mi Nino, jugaré con las burbujas y sonidos. Yo seré un día una Amelié premeditada, mientras tanto acaricio a mi elefante imaginario y pienso en la vida que sigo desperdiciando mientras el aire sigue oliendo a mugre...


Renata Cipat

1 comentario:

Ana maria dijo...

Ahhh esa renata que guena es!!!me gusto mucho... Yo tambien quiero ir a francia por mi NINO...